Caminando por la oscuridad de su pasillo puedes transportarte al Japón que tienes en tu cabeza, el Japón de las pelis de Kitano, el país que recreas en tus libros de Murakami y de las imágenes de Tokyo sacadas de una de tus películas favoritas, lost in translation.

Cuando te sientas en una de las mesas con luz natural, y empiezas a devorar las delicias niponas que van desfilando ante ti no paras de ver a gente japonesa cuando miras por la ventana que da a una de las calles con más encanto de Barcelona, Enric Granados.

Quizás son imaginaciones mías pero toda la gente que se cruza con tus pupilas son asiáticos dentro y fuera de Robata. Una sensación muy difícil de gestionar mientras te colapsas con su carta: Toro soasado, brocheta robatayaki, nikkei:urakami roll, tempura rolls .. todo de un nivel muy alto y que se fusiona a la perfección con el lugar.

Un descubrimiento para ampliar el abanico de japoneses que amenazan con joder nuestros antojos cada vez más habituales de cocina asiática.

Robata juega a la perfección su papel de lugar con rollo y calidad en un espacio fantástico, ideal para celebrar algún día especial, que para eso fantaseamos tanto con estos momentos mientras estamos trabajando y no paramos de ver gifs de sushi a cada ventana que abrimos de nuestro portátil.

Serge Barnet
Fotos: Victor Ibáñez
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Robata
Enric Granados, 55
Barcelona
Telf: 937 826 000
Precio 35-40€