DeSabors pastissers 

Tengo el plan perfecto, coge el coche que nos vamos. Somos dos en la carretera con las ventanillas bajadas recorriendo las curvas de la costa mediterránea. Lleva cuidado, no hagas un Thelma y Louise y nos precipitemos por el vacío. Tenemos que llegar a ese pueblo de casitas blancas que se asoma en la siguiente montaña.

Venga. Ya estamos dentro del laberinto. Te reto a aprenderte todos los recovecos. Bromeo, no es necesario. Estamos en el séptimo cielo y vamos a disfrutarlo. Dame la mano y paseemos. Disfruta cómo la brisa acaricia tu mejilla pero no olvides que es verano y me has prometido un helado.

No te lo había dicho pero yo sabía donde te iba a llevar. He hecho trampa, aunque quiero un helado esos 39 escalones nos llevan a un sitio mejor. A una pastelería que la propia Maria Antonieta desearía tener en su corte con esas recetas tan deliciosamente delicadas.

Entramos en DeSabors Pastissers y nos detenemos ante el colorido mostrador. Es toda una odisea en el espacio tener que elegir entre todas esas maravillas artesanales que hacen estos dos obradores valencianos. Así que decidido, vamos a celebrar nuestro propio guateque. La gula nos invita a un pastel y un helado. Además, escucha. Hacen ellos sus propias nueces pecanas para sus mousses de chocolate y ese eckler relleno de crema de pistacho está hecho con mantequilla francesa. Mira en el otro lado. Si hablamos de los helados no creo que puedas encontrar de nuevo ese helado de mandarina. Lo sé, irremediablemente irresistible.

Lo pruebas y veo como cierras los ojos de placer. No hablas, sólo saboreas. Al final de la escapada me miras y me sonríes de gusto. Ahora sé que me quieres un poquito más si cabe.

PatriciaTedaTiricia