El termómetro de la plaza del Teatro Real marca 45 grados y del asfalto vacío asciende un aire mucho más caliente de lo que puedo tolerar. Si cierro los ojos aún me vienen a la mente los azules y verdes de mis cercanas vacaciones. Volver a abrirlos me lleva a acelerar el ritmo en busca de un resguardo del asfixiante mediodía.
Mis pasos me llevan a Casa Jaguar, dónde me recibe un mural inspirado en una pintura de Henri Rousseau, sillas de mimbre, maderas y un mono de porcelana. Lo exótico del entorno me hace intuir que era el lugar que andaba buscando.
La carta ofrece un recorrido por los seductores platos de la cocina sudamericana (versionados y con atractivo extra) elaborados con el producto de mercado de Madrid y acompañados de vinos y cervezas de Perú, Chile, Argentina etc…
Crema fría de zanahoria y leche de coco con un toque de curry, el comienzo más fresco y sabroso posible. Los Tacos de corvina y nachos a la huancaína y la Bandeja paisa veggie (con quinoa, arroz verde, vegetales asados y yuca frita)
confirman mi acierto. De postre una deliciosa crema de chocolate blanco o tarta húmeda de chocolate, imposible elegir, han de probarse las dos.
Puede que fuera el sol siga impidiendo que me “re-enamore”de Madrid, pero me da igual porque he encontrado el refugio tropical que buscaba. La ciudad puede esperar.
