Sentada delante del ordenador, totalmente absorta en mis pensamientos intento sobrellevar los primeros días de Septiembre como puedo. Mis ojeras lo demuestran: tengo resaca postverano. De repente, un sonido reclama mi atención. Es el móvil que me está dando un poquitín de chute social. Una notificación del Face. Lo cojo y leo: “Conozco un sitio nuevo al que tienes que ir”. Es Viernes. Quedada con Alicia. Dicho y hecho. Gracias Perk.
El wasabi y el guacamole, geográficamente no tienen correlación alguna. Uno de un sitio y el otro de otro, pero ambos con un claro carácter propio. Justamente así son, Nuria y Andrés, los creadores de Wasamole. Ella mexicana (chilanga pero buena gente como ella misma dice) y él alicantino. Pareja, socios y artífices de crear el primer mexicano asiático en Alicante.
Esta gran combinación gastroculinaria es el resultado natural de cómo han llevado su vida. Andrés ha viajado por todo el mundo cocinando. Por Korea, Japón, Chile, México, Madrid, Berlín… Así que era inevitable que el background de su cocina, le llevará a un estilo latino asiático. No obstante, su corazoncito se quedó en México tras conocer a Nuria. Para terminar formando el team perfecto por su amor hacia la gastronomía y los viajes.
Hace un par de meses decidieron parar en Alicante y tras asesorar a un colega en su negocio, decidieron apostar en su propio proyecto de restauración. Dicho y hecho. Así nació Wasamole. Un sitio íntimo con una atención muy personal y cuidada. Pues sólo ellos lo abarcan todo: él en la cocina y ella en la sala ante sus 7 mesas.
Opinan que el disfrute de su concepto de cocina requiere dedicación. Por eso, no quieren ni pretenden abarcar más. Quieren ofrecer lo mejorcito de ello a sus pocas mesas con una carta corta pero tremendamente potente donde poder degustar ingeniosas creaciones.
Recetas con ingredientes de otras regiones, como su maravilloso y necesario crudo de corvina y mango con puré de boniato que, a la vista, se te hace un ceviche pero no lo es, por el corte del pescado; o como su guiño alicantino, con el bonito en salazón con paraguayas y ají amarillo con la cebolleta rosa de la terreta. Vamos más allá y pedimos más, probando el chipirón karaaage en su tinta que nos deja la boca negra y la carrillera de ternera con calabaza y goma wakame que se deshace sólo de mirarla.
Su lema es “la buena comida es alegría” y sólo podemos decir tras probarlos “qué jodida verdad”. Necesitábamos un sitio así que creará sin cesar para hacernos disfrutar.
Pics by Queridamaldita
