¿Qué sucede cuando partes de una taberna clásica, de las de toda la vida y le añades un punto actualidad sin restarle encanto? Pues el resultados es «Muy, placer en conserva». Suelo ajedrezado, mesas pequeñas, ambiente relajado… Un restaurante sin cocina, con el fondo de la barra ocupado por latas de conservas de productos de calidad y una apropiada selección de vinos. Lo intentamos varias veces en fin de semana tras encontrarlo por casualidad paseando por Conde Duque, pero siempre estaba lleno, así que decidimos atacar por sorpresa una noche cualquiera … Et voila!
Ribera del Duero con aperitivo para entrar en calor mientras echamos un primer vistazo a la carta. Nos comentan los platos fuera de esta y conseguimos decidirnos; ensalada de tomate, queso feta y alcaparras, tosta de bacalao (pa amb tomaquet sutil pero funciona) y nuestra elección fuera de carta, carne al toro (de ternera guisada al estilo gaditano) y pastel gallego de salmón y verdura. A partir de ahí a centrarse en los sabores y la conversación. Disfrutamos nuestra elección,la oferta de productos no es amplia pero están escogidos con gusto y cuidado.
Y así, con la última copa de vino y el brownie que pone la guinda a nuestra cena, salimos de nuevo al frío. Lo mejor del Muy, es que siempre puedes llevarte a casa un poquito de placer enlatado, para no echarlo de menos.
Cristina V
foto : Alba Galve · laflorinata.com

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Muy, placer en conserva
c/ Amaniel 36
Madrid
915595784