La primera vez que supe de la tradición culinaria belga “Moules et frites” fue gracias a la maravillosa película de Louis Malle “Zazie dans le metro”, en la que una preciosa niña de 12 años con jersey rojo, falda gris y el flequillo mal cortado se escapaba y atravesaba París andando y en taxi durante una huelga de metro en la ciudad. Al acabar el film me quedé con un antojo brutal de aquel plato que la protagonista había degustado en un bar tradicional con su tío.  Pero como no  he ido a Bélgica desde entonces, no había podido probarlo… hasta ahora.

Y es que el concepto acaba de aterrizar en Madrid de la mano de Pablo Caruncho que propone una experiencia en la que comer sea divertido, sencillo y de calidad. En Mejillón los colores recuerdan a la costa, a ambientes marinos y su fórmula es más que atractiva: los mejillones de roca se consumen en cazuelas, junto con una ración de patatas fritas (y otra extra si nos quedamos con ganas) acompañadas de dos salsas.  Lo mejor es que los mejillones tienen varias versiones según la salsa con la que vayan cocinados. Desde las más tradicionales como la belga (con apio y cebolla), la italiana (tomate, ajo , albahaca y guindilla), la francesa (nata y vino blanco), a las más innovadoras y con un estilo más fusión  como la peruana (leche de tigre, cebolla morada y máiz) o la mejicana (salsa chipotle).

Para regar estas viandas, la tradición manda que se haga con una buena cerveza a elegir entre una amplia carta de nombres nacionales, internacionales y artesanas.

Así que no lo dudes, ponte el babero ,remueve con el cazo, coge con las manos y chúpate los dedos después, porque a Mejillón se viene a disfrutar como un niño y después, siempre puedes salir a continuar tus travesuras por las calles de Madrid.

Cristina V.

 

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Mejillón
Dirección: Calle Orellana 1
28004, Madrid
Horario: D - J de 12:00 a 1:00
V-S de 12:00 a 2:00
T: 91 137 57 85
Precio medio: 20€
www.mejillonrestaurants.com