Les Mauvais Garçons

Placer carnal 

He sido una chica mala. El otro día encontré un paraíso francés en pleno barrio de Malasaña, donde entré con diadema y salí con una chupa de cuero.

Este lugar tiene un ambiente especial y no deja de sorprender a cada paso o bocado que das. Un pedacito de Francia se ha instalado en la Calle de la Madera, dando lugar a un bistrot franco-español que está dando mucho que hablar.

Lo primero que prometen y llevan a rajatabla, es ofrecer el mejor producto y cocinarlo de la manera idónea, respetándolo y sacando el sabor más potente posible. Aquí no se andan con medias tintas, de lo bueno tienen lo mejor y de lo mejor, lo superior.

La carta ofrece cosas muy concretas, por lo que se centran en menos cantidad de platos, pero aseguran la máxima calidad en cada uno. Si os apetece un concierto de vino, carnes y quesos, quedaos para descubrir lo que tomamos.

Empezamos con las tostadas de Foie Gras, para ir cogiendo el acento francés (y de qué manera). Para continuar el calentamiento, nos fundimos con el Camembert asado, relleno de arándanos y frutos secos, hará que os derritáis aún más que él. Y cuando pensaba que iba a ser una comida normal, me sorprendieron con unas brochetas de lo más cañeras y ahí es cuando lo comprendí: Para ser una chica mala, hay que comer corazón de pato. Ellos lo hacen a la plancha, listo para devorar. Quisimos conocer el pato en tres vertientes impecables y rematamos la jugada con el Magret, que se fundía como la mantequilla. Lo arropan con especias mientras reposa en una base más cítrica.

Si os queréis dar un paseo antes del postre, id hacia el baño, que igual aparecéis en un capítulo de Stranger Things cuando miréis por la “ventana”.

Antes de subiros a la Harley y salir de aquí como unos malotes, no dejéis de probar lo que ellos llaman la Experiencia de Chocolate. Un postre de lo más especial y que os hará vibrar hasta las orejas.

Irene Aracil