La ruedas de mi maleta derrapan por una de las calles principales de Sants, barrio histórico de la ciudad con un mucha tradición de bodegas, es viernes y el hambre acecha; la perspectiva de un fin de semana en Madrid me evoca placer y desenfreno, pero antes, toca probar por fin, una de las sensaciones del año pasado, la mundana, un lugar en el que nada es lo que parece y que las sorpresas rompen tus esquemas a cada bocado.
Nos molan los sitios auténticos que tratan de sorprender, que no se quedan en un producto excelente sino que le dan continuamente giros a su cocina, ese inconformismo es el que ha llevado a Marc Marti y Alain Guiard a romper moldes, desde su raíz, sin dejar de ser una vermutería 2.0 (tienen 14 tipos de vermuts diferentes), su cocina es gamberra y canalla, ofrecen platillos de toda la vida pero con matices de cocina más elaborada, usan cocciones con distintas técnicas: la brasa, el horno, la robata, el escabeche y como podréis intuir nos ganaron a golpe de sabor y savoir faire
Cuando llegamos a una bodega/vermuteria uno de los indicadores para calibrar lo que nos viene encima son las banderillas, y touché, seguimos con unos calamares asiáticos (muy parecidos a los típicos calamares pero con chili, lima y mayonesa de kimchi con el punto perfecto de rebozado), las bravas eran bastante sorprendentes (dos tiras de patatas con «all-i-olí» ahumado y salsa brava), el plato que más nos flipó fue el arroz de «cap-i-pota» y anguila, superior! una fina capa de arroz en la que los granos se te quedan agarrados en la paella, personalmente me entusismó, para acabar probamos los ricos buns por hacer una concesión a la tendencia.
El espacio es pequeño, con mesas muy cercanas y esta presidido por una larga barra donde hay la cocina abierta, en ella nos empapamos de la jerga de los chefs y nos metemos un poco más en su mundo.
Lo dicho, la mundana, venía precedido de muy buena prensa, así que no os vamos a descubrir nada, simplemente añadir que va a costar que este año encontremos algo con este maldito PUNCH!!
Sergi Barnet
Fotos: Víctor Ibáñez
