Levantas la vista y ves la lluvia intermitente caer directamente en tu cabeza como una triste canción de otoño. El frío empieza a acechar tus pensamientos más oscuros y sientes que la melancolía te va a coger de la mano de un momento a otro. Así que giras la esquina y te apetece algo nuevo y caliente para cambiar la dirección de tu día o quizás de tu vida.

Al llegar dos preguntas: ¿Prefieres Buns o Ramen?

Y claro, el ramen parpadea en la pared y en tu cabeza y en el cristal del coche aparcado junto a Koku Kitchen, así que respondo Ramen y me indican que tengo que bajar al subterráneo y de siempre me ha gustado bajar escaleras y los subterráneos, la novela de Kerouac, así que todo va a salir bien.

Pedimos gyozas (vegetales, de langostinos y de cerdo) y Ramen de soja, de miso y picante. Todo realmente excitante, el ramen especialmente bueno y jugoso, las gyozas de langostino son un must. La estética del subterráneo es muy industrial, pero a la vez calida por el contrapunto de las luces que impactan a la hora de comer o de cenar.

Al salir de Koku Kitchen la melancolía inicial se diluye y aparece en nuestra cabeza deseos de volver a probar su carta de buns, en la parte superior del restaurante, se nota que saben lo que hacen y que el primer Koku Kitchen ubicado en el Gótico fue un magnífico ensayo para llegar al Borne en perfectas condiciones.

Serge Barnet
Fotos: Victor Ibáñez

 

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Koku Kitchen
C/ Comerç 28
Barcelona
Horario:
M - D de 13 a 16
19:30 a 23:30h
Precio: 20€