Ganz significa completo en alemán y éste es el recuerdo que guardamos del concepto y de la exquisita degustación que nos ofreció éste petit bistrot y galería de arte. En el barrio de las Letras, entre galerías y museos encontramos un estiloso restaurante y en su interior nos recibe Pascual, uno de los responsables.
Amablemente nos invita a escoger mesa. Todo está cuidado al máximo detalle, con mucho gusto, descubriendo más tarde que la mano de un experto ha tenido la culpa. El suelo destaca por sus rombos en blanco y negro, formando un tablero gigante de ajedrez. Los muebles de madera son de líneas clásicas restaurados por ellos mismos, la vajilla es variada, el color turquesa destaca en puntos estratégicos del salón y todo en conjunto crea un espacio romántico, moderno, acogedor, elegante… ¡nos encanta!
Estamos tan encantados con la decoración, que la nueva carta de primavera seguro que no nos decepciona. Pascual nos hace un resumen de la degustación y antes de que lleguen los platos mantenemos una conversación sobre la capital y la actividad creativa que se vive.
Un baile de sabores y texturas nos deleitan desde el inicio hasta el final, entre los protagonistas encontramos: alcachofas con polvo ibérico, ensalada de pollo con manzana granny y vinagreta de bourbon ( foto ) , tataki de atún con salsa de jengibre y helado de wasabi ( foto de portada ), y finalmente una tarta de chocolate con aroma de naranja. Todo creado en las cocinas de Ganz. Es evidente la pasión por la gastronomía y las ganas de experimentar en sus platos.
Entre plato y plato intercambiamos opiniones, gustos, risas y terminamos con una visita a la planta baja con un estilo más informal que acoge una exposición de arte e invita a tomarse un cóctel entre amigos. Una experiencia exquisita en Ganz es el motivo por el que volveremos sin duda. Merci.
Roser Ramirez