Hoy nos apetece comer bien, comida de toda la vida, sin vueltas de tuerca ni demasiados artificios. No queremos fusión, sino un buen plato de comida hecha con cariño y arraigada a la tradición. Para conseguirlo nos alejamos un poco del circuito habitual y llegamos a la plaza de la República Argentina. Allí se encuentra la Casa de Aragón que promete darnos aquello que buscamos y de paso, descubrirnos una cocina que hasta no conocíamos demasiado, la aragonesa.

Nos sentamos junto a sus enormes ventanales y echamos un vistazo a la carta, parece que hemos dado en el clavo con nuestro antojo de platos caseros. En las mesas cercanas observamos raciones abundantes y nos llega un olor más que apetecible. Mientras esperamos la comida no podemos dejar de mirar su preciosa terraza a la sombra de una parra, a la que planeamos volver en cuanto el frío de un poco de tregua.

Empiezan a llegar los platos y con ellos comienza el festín. Longaniza de Graus para ir abriendo boca, Cardo aragonés (no nos atrevíamos a probarlo pero nos encanta),  su Pollo al chilindrón (no sabíamos que era un plato aragonés pero no dejamos ni las migas, de-li-cio-so) y hamburguesa de ternasco para terminar (sabrosa y con ese peculiar sabor que solo tiene el cordero, recomendable acompañar de bravas).

Solo dos valientes podrían con un postre y esos valientes somos nosotros, claro. Nos lanzamos a por la torrija con helado como dos niños que tienen prohibido el azúcar. Y ahora si que no podemos más… Solo escribir estas líneas para contar a todo el mundo que la mejor cocina aragonesa de Madrid se puede y debe comer aquí.

Cristina V. 

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Casa de Aragón
Plaza de la República Argentina, 6
Metro: República Argentina
Precio medio 30€