La Cuina d'en Garriga

Bajas por paseo de gracia, y se te agolpan iconos glamourosos en los cristales de tus Tom Ford, giras a la derecha y te sorprende el color rojo Valentino, enfocas y lees La cuina d’en Garriga. El resto es pura fantasía.

Helena Garriga, la elegante propietaria, una mujer con mil experiencias en sus ojos de sus vivencias en NYC, nos explica el concepto, tienda con productos de calidad suprema y bistro con una carta especial.

Me siento y desfilan ante mi unos manjares que nos transportan a nuestros antepasados, un back to basic en toda regla. Unos macarrones gratinados por encima y espectaculares en su corazón que nos dejan átonitos, lentejas con foïe y un steak tartar sobrecogedor.

Al levantar la vista Mario Testino en la mesa colindante en su versión foodie, sigue el glamour del entorno esta vez en nuestro espacio favorito instantáneo, a mi derecha, la bodega en una especie de salón privado con luz tenue y lujurioso nivel la Cuina d’en Garriga.

Touché!!!

Serge Barnet