Alicante es una ciudad de cuestas hacia arriba o hacia abajo. Donde siempre hay que andar. Pero no se puede negar que mientras que se va con un rumbo fijo no cuesta nada. Así estamos nosotros, con su ubicación nueva marcada en el googlemaps y el hambre acechando por llegar.
Nos habían hablado de este local. Como ese amigo que te quiere liar con su otro amigo. Escuchábamos palabras más que bonitas que te crean curiosidad y que nos han obligado a ir a probar. Y es que ser foodie nos da hambre, no lo podemos remediar. Por eso, hemos ido a El Palé. Un local bastante peculiar.
Aquí sus mesas y demás, como ese encantador botellero de vinos jóvenes, está hecho con pales viejos. Trozos de madera que han pasado de una vida aburrida a tener color dentro de este salón. Aquí el reciclaje juega un papel importante. Pues la cocina se encuentra bajo el mando del dueño y señor del local, que pasó de trabajar en una correduría de seguros a sumergirse en el mundo de la restauración.
Daniel, cocinero totalmente autodidacta, ha aprendido todo lo que sabe gracias al intentarlo una y otra vez. A las ganas por ofrecer algo diferente a la ciudad. Ahí está su plato estrella, la tabla de ahumados, que él mismo prepara día a día. Pescados ahumados con madera de olivo, carnes ahumadas con madera de roble. No nos revela más de su “how to” pero lo notamos cuando cada trocito fileteado al estilo carpaccio se nos deshace en la boca.
Ya nos cuenta y pedimos más de su carta de entrantes y tostas. Te preguntarás que tiene de particular pero con la boca manchada sólo podemos decir que combinaciones así rara vez hallarás. Que sean así y no de otra forma sólo es gracias a su forma de cocinar. Le encanta experimentar y crear cosas nuevas por eso verás muchas propuestas fuera de carta que si gustan ocuparán su lugar.
Al final, esto ha sido un encuentro perfecto con su rico saber hacer y nuestro placentero degustar. Ahora bien, te toca a ti ir a probar.
PatriciaTedaTiricia
Pics by Galealba
