Una ida de olla

Hace un par de semanas anunciábamos que el acontecimiento del año, en lo que a desayunos respecta, estaba a punto de producirse. El pasado 6 de noviembre La mojigata nos deleitó con la tercera edición de sus Desayunos tardíos en la que nos adelantaban que esta vez se les había ido la olla.

Expectantes, acudimos a la Mojinave en una de las primeras mañanas frías del otoño. Natalia y Fer nos abrían las puertas para adentrarnos en un mundo mágico que comenzaba en un bosque oscuro con niebla que nos guiaba a través del ascensor hasta una estancia amplia y luminosa que haría nuestras delicias las siguientes cinco horas.

Varias instalaciones artísticas, un escenario, mesas corridas y la luz que sólo tienen las mañanas de los domingos. Una lista de la compra y una bolsa de papel para rellenar con todos los productos que habían preparado de forma artesanal únicamente para los afortunados asistentes. Llenamos la nuestra con magdalenas, pan de leche, rollos de canela, panes de todo tipo, quesos, hummus de edamame,  confituras, tomate asado etc…

Nos sentamos a disfrutar del banquete y tras dar un respiro a nuestro apetito, atacamos los platos calientes. Huevos revueltos, sándwich de salmón y bocata de costillas, no queremos dejar nada por probar. ¿Cómo les sale todo tan rico?

Las horas van pasando entre charlas y risas. Llega la hora del concierto de Nora Norman que nos sorprenden con un punto final perfecto. ¡Qué rápido pasa todo lo bueno!

Aquí os dejamos algunas fotos para ilustrar nuestras palabras. Mientras tanto seguimos encantados de que La mojigata y su equipo sigan superándose cada año para ofrecernos el desayuno más especial y placentero que podemos imaginar. ¡Qué llegue pronto la próxima edición!

Cristina V.

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