Crumb

Crumb, “miga” en inglés, evoca sólo con su nombre, la sensación al morder el primer bocado de un sándwich. Aquí, el pan es importante y se hace saber. Al fondo de un espacio cálido y que invita a tomárselo con calma, nos encontramos apilados sacos de harina que por un momento, nos hacen dudar si son fruto de la improvisación o de una decoración cuidada pero sin pretensiones.

A pesar de una carta escueta (7 sándwiches, 3 guarniciones, 3 ensaladas y 3 postres), cuesta escoger, y el olor a pan recién hecho llega desde la cocina. Finalmente nos decidimos por el sándwich de pollo provenzal con canónigos y mayonesa especial, y como acompañamiento,  patatas asadas.

Al primer mordisco, el pan cruje, se aprecia la mantequilla y la calidad de los ingredientes,  que se mezclan y combinan a la perfección. Se come despacio, para disfrutarlo y que tarde en acabarse. De postre, escogemos mousse de chocolate y arroz con leche, los dos caseros y con bonita presentación, aunque nos quedamos con la mousse como final redondo para esta sencilla y fantástica cena.

Cuando salimos a la calle, tenemos esa sonrisa que sólo te da un estomago lleno y feliz. Sabiendo, además, que volveremos y pronto.

Cristina V.