En argot cinéfilo la película sorpresa del año se denomina sleeper, el taquillazo que nadie se espera, pues bien El Tarantín podría ser el símil al restaurante sorprendente del 2018 gracias a una comida caribeña con toques muy creativos.
La primera imagen que vemos al llegar es el mural de Verónica Cassiani, al entrar observamos una decoración de madera con varios espacios en el que cada uno tiene su personalidad, un pasillo nos guía a su cocina abierta cosa que siempre nos gusta.
Hemos venido a probar parte de su carta y su propietaria Paola Di Meo nos explica que ellos son Venezolanos y querían huir del típico restaurante tradicional con arepas así que junto a su pareja Miguel Portillo, el chef, decidieron arriesgarse y apostar por una cocina que bebe de influencias caribeñas,
Así que nos disponemos a comernos el caribe! empezamos con un aperitivo: mariquitas con dip de frijoles negros (riquísimo snack hecho con plátano macho) un clásicazo de la cocina cubana. Seguimos con probablemente el plato estrella, unas esferas crujientes de yuca y pollo yerk con mojo verde, sorprendentes! Nos dejan babeando así que le damos a la birra y nos cascamos unos tostones de ñame, aguacate machado con bacalao y harina de yuca plato tradicional de las Antillas Francesas jodidamente buenos; continuamos con el magret de pato atado en hoja de plátano, otro plato sensacional.
Acabamos nuestra experiencia caribeña con un fotogénico postre, pannacotta de lycche, coulis de flor de Jamaica y Rosa. Encima los sábados se curran una carta de brunch totalmente atípica que te va a dejar loc@.
Lo dicho, sorpresa del año, propuesta arriesgada de sus propietarios que entrará sin duda en la lista de los mejores del 2018.
Fotos: Víctor Ibáñez
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