Cereal Hunters

Es sábado por la mañana, estás despeinado y en pijama, tienes 9 años. Te sientas a lo indio en el sofá justo después de poner por enésima vez “E.T.” en el reproductor VHS. Comienza la peli, conoces cada palabra del guión y menos mal porque los crujidos de tus cereales resuenan en tu cabeza y a penas te dejan oír. En escasos minutos la leche los ablandará, pero no pasa nada, es otra manera igualmente deliciosa de degustarlos, es parte del ritual, tu favorito de la semana.

Pero ¡despierta!. Has crecido. Tienes 30 años y el sábado libre así que, con este recuerdo en el bolsillo, te encaminas hacia el nuevo café que lo está petando en la ciudad, un cereal bar con más de 150 tipos de cereales tras su barra.

Cristina, Marcos, Jaime y Jose se han encargado de traernos toda la variedad que siempre hemos visto en series y películas (normalmente americanas) de un producto que en España, está bastante estancado y lo hacen más allá de la moda del momento, sin más pretensiones que la de que la gente pueda tomar su bol de cereales fuera de casa, sacar de los límites de nuestras cocinas un alimento tan común en todos los hogares.

Al entrar en Cereal Hunters tu atención se centrará inevitablemente en las decenas de cajas multicolor que son las protagonistas indiscutibles del local. Lo más difícil es elegir: canela, frutas, chocolate… Después tienes que escoger entre una de sus 25 tipos de leche y lo mejor, ¡La puedes teñir de colores!  Para terminar tu bol puedes añadir un topping (kinder bueno, bolitas de chocolate, de mantequilla de cacahuete…). Pero aquí hay hueco para todos, tanto si no te gustan los cereales como si eres alérgico o intolerante, la carta ofrece otros productos como tartas, batidos, zumos, tostadas… Así como cereales sin lactosa, azucar o gluten.

Una vez que has hecho tu elección, sólo tienes que sentarte a disfrutar. Llévate a tus hijos y si no tienes, lleva al niño que llevas dentro, déjale salir un rato, déjale que juegue y ensucie la mesa. No mires el móvil ni pienses en el trabajo, disfrutarás como un enano.

Cristina V.

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