Desayunos tardíos II

Felicidad en pijama

Ya os hemos hablado de La Mojigata y nos hemos declarado fanáticos de todo lo que hacen Natalia, Fer y su equipo. Pero hace unas semanas volvimos a recordar lo que son capaces de imaginar, crear y llevar a cabo y no podemos aguantarnos las ganas de compartirlo.

Los desayunos tardíos son mucho más que eso, son tu momento favorito elevado a la máxima potencia. Son luz, música, son la chispa que necesitas para que un domingo te descubras a ti mismo dando vueltas a un bufete repleto de manjares caseros con un plato en las manos y sin saber por dónde empezar, pero con una sonrisa en la cara que se parece a la que tenías de niño cuando te ponían tu postre favorito sobre la mesa.

Esa mañana en la Mojinave hubo magia, un ventilador, bagels, muchas risas, niños, tartas, niñas, gente en pijama, Natalia sonriendo, quesos, cafés de Lots coffee house, manos que salían de mesas y te ofrecían peras azules, un concierto precioso de Russian red, zumos, tartaletas de limón… Hasta nos enseñaron la importancia de fracasar para llegar a lograr algo bueno.

Acabaremos el manifiesto haciendo una confesión… Los mojiadictos esperamos ansiosos la próxima edición. Pero mientras miramos las fotos en bucle en las pantallas de nuestros teléfonos.  «Brunch haters gonna hate»

Cristina V.

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