Bocadillos de autor, arte y espacios secretos.
Casa tomada es mi cuento favorito de uno de mis escritores preferidos. En él se narra como dos hermanos son expulsados de su casa y ha dado lugar a decenas de interpretaciones sobre el qué o quién provoca dicha expulsión. El relato siempre dejó en mi cierta inquietud y desasosiego, identificándome con los protagonistas y sintiendo cierta nostalgia por un lugar que anteriormente fue suyo.
Sensaciones opuestas fueron las que sentí al llegar a La Casa Tomada de Madrid. Un nuevo local situado en el número de la calle San Lorenzo entre Fuencarral y Hortaleza. Aquí los protagonistas también son dos hermanos que comenzaron tomando su casa materna en Venezuela y convirtiéndola en un espacio donde poder compartir con todo el mundo lo mejor de ellos: la cocina, el arte y la literatura. Ahora continúan su aventura en Madrid y nos abren su nueva “casa” que incluye un restaurante, galería nómada y hasta un espacio secreto por descubrir.
Su carta está inspirada en el streetfood de Venezuela y la estrella son los bocadillos a elegir entre 17. Tras un largo debate con mi compañero nos decantamos por el Fat roast beef y el Choripan de Chacao, pero como somos valientes y estamos hambrientos, decidimos abrir boca con sus Chili Cheese Fries (patatas fritas, chili con carne, jalapeños, cheedar, bacon crujiente, cilantro y huevo), suena bien ¿verdad? Pues no defrauda. Y después vienen los bocadillos y con ellos se hace el silencio en la mesa. Los compartimos, los disfrutamos, los engullimos… deliciosos. Sólo tenemos espacio para un postre y nos decidimos por su cheesecake.
En la sobremesa nos da tiempo a repasar la carta y en un acto casi suicida (por lo lleno de nuestros estómagos), nos atrevemos a elegir el bocadillo que pediremos en nuestra próxima visita, que no tardará en llegar. Salimos a la calle con ganas de contar que tenemos una nueva casa que tomar porque además, nos han dado la llave.
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