Sala de Despiece

Hay noches en las que rompes la rutina y atraviesas la telaraña que te separa de la vida paralela que mantienes con la ciudad. En unas de esas noches acabas acercándote al sitio que hace meses apuntaste en la lista «lugares a visitar» y acabas preguntándote a ti mismo como es posible que hayas tardado tanto en decidirte a ir.

Ese lugar se llama «Sala de despiece» y ofrece una propuesta sencilla y clara: una barra que atraviesa el local, atención rápida y amable y una estética inspirada en las grandes superficies que nos recuerda a los mercados de donde parte el producto, el cual se presenta en papel parafinado, como si en lugar de venir de la cocina, el tendero acabara de prepararlo para que te lo lleves a casa.

No lo pensamos demasiado, pez mantequilla, pulpo, steaktartar , butifarra (la mejor que he probado en tiempo) y huevo con foie. Cada bocado nos recordaba que no tardaríamos en volver a hacernos un hueco para probar los platos que veíamos  pasar a otros comensales con los que compartíamos barra.

Así es mucho mejor salir a la calle, volver a la monotonía de un martes noche y dormir con una sonrisa dibujada en la cara.